viernes, 15 de julio de 2011

Jaque mate al Rey.


La dimensión del día se deshace.
Sentados en el balcón, miramos la tarde y su
paisaje y Génesis y yo. De anaranjado tornóse
a rosa, a malva el extremo del día.

-¿Cómo papá Dios hizo todo esto?
-Planteo la niña, absorta a la envergadura de la luz.

-Con poder, mi niña, -Le dije.
-¿Y él no se cansa, papi? -Preguntó, cerrando mi cosmogonía.

- No Dios no se cansa.

-¡ Ay sí! El se cansa. -Y como una ajedrecista sostiene
la mirada y sonríe. "Y Dios procedió a bendecir el día séptimo
y a hacerlo sagrado porque en él había descansado (...).

Génesis sonríe aun, y no sé si ella lee mi mente o yo escucho su pensamiento. Las palabras sagradas parecen brotar del silencio sonreído de la niña.
Me repito su nombre y sonrío." La tarde se esparce en nubarrones malva.

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