viernes, 24 de junio de 2011

Pureza.

Palpa su ternura el niño, su suave suavidad, la inconsistencia leve,
apenas, de su plumaje, su cuasi redondez. Siente los huesos y siente
que no los siente. Se llena de inquietud, de loca curiosidad. Tira con
firmeza de una pata. El pollito, desde su plumaje amarillo ensangrentado,
pía con desesperación y agudeza casi humanas. El niño le muestra
la pata sangrante a su amigo, quien le ordena en reproche: -¡Pégasela, Pégasela, Pégasela!

"Gerardo Castillo Javier" (Entre Dragones)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Exprésate!