martes, 5 de agosto de 2008

La ingratitud.

Bueno despues de unos tragos nos asalto la madrugada.
Cuando mi amigo dice; gracias Dios por el comenzar de este dia
!una botella que grato!
Entonces al termina esta frase andaba moribunda
una pregunta;
¿Acaso Dios ha sido quien te dijo tomad y embriagaos?
¿Dios acaso te alimenta esa sed de vino en exceso?
¿O es a Dios a quien deberias de darles las gracias y no a Belcebu
quien es supuesta mente quien nos inclina a la maldad,
la promiscuidad, el climax de una embriaguez inesperada?
Y le pregunte;
-!hey!, Ha sido el mismo Dios que a alimentado vuestro pecho
de aquella deliciosa ambrosia ¿Aquel benévolo?
acaso no deberias decir !Bendito seas tu satán que me haz embrigado
con este delicioso veneno!

Acaso en dicho sentido no somos ingratos.
Todos cuando recibimos una buena noticia decimos
!Gracias Dios!
!Gracias a Dios!

Y si el ser virtuoso es un arte
la bondad es solo para artistas de la bienaventuranza
Y el mal es solo una inclinacion
una actitud que por defecto en nuestros corazones.
Si el tambien se merece su alabanza, ingratos
tambien el quien alimenta sus almas de deseos carnales,
quien prepara su elixir maldito que embriaga sus corazones,
vuestras almas regocijada en una multitud de vicios
de primores malignos
recuerdan que ustedes tambien
han levantado un templo en las inmundas posaderas
de El.

Y vosotros decid con gran ingratitud
!quiero ser virtuoso en una hora!
por que ahora estoy gozando en mis delirios.

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